Este blog es para el disfrute de aquellos que amamos sumergirnos en el mágico mundo de las letras y que reconocemos que Costa Rica tiene un gran talento que ofrecer al mundo, con escritores incipientes que nacen cada día buscando conquistar a mayores lectores costarricenses.


domingo, 9 de marzo de 2014

Carlos Rubio, un niño en cuerpo de adulto

Se le puede encontrar en los parques, ferias de libros y diversas actividades literarias, donde con gran maestría el escritor costarricense Carlos Rubios, es capaz de conquistar al más exigente de los públicos, los niños y alguno que otro adulto que inevitablemente se cuela en el espectáculo.

Entre sus libros destacan “Queremos jugar”; “La mujer que se sabía todos los cuentos”, “Las mazorcas prodigiosas de Candelaria Soledad”, “El príncipe teje tapices”, entre otros.



En medio de la magia de los libros de la Editorial Erial, Carlos Rubio nos cedió unos minutos de su tiempo para conversar de la travesía que significa ser un escritor de literatura infantil.



¿Qué cuidados deben tener las personas que buscan dedicarse a la literatura infantil?

La literatura para la niñez es la única que se dirige a un momento especifico del desarrollo humano, entonces la literatura llamada infantil guarda reglas propias, uno de los principales peligros de los que quieren escribir este tipo de literatura es no ver al niño como sujeto de aprendizaje y de confundir un texto literario que es sobre todo un texto artístico, como un texto didáctico.

¿Qué más le podemos aplicar a la literatura contemporánea para niños?

Hay que tomar en cuenta aspectos muy importante, como es que los niños desde muy temprana edad manejan una cantidad de información, en la que tienen acceso a una serie de lenguajes relacionados con el uso de los sistemas de comunicación electrónica, que ya el autor no puede ignorar.

Las descripciones tiene que ser más rápida, la fantasía tiene que ser no sólo más precisa, sino que exige al escritor una mayor cantidad de manejo de la información, porque ya se rompió la relación vertical donde se creía que usted por ser adulto sabía más que un niño, ahora el niño se mete en una página en Internet y le puede decir yo sé más que usted.

¿Consideras que existe alguna diferencia en lo que era escribir para los niños y jóvenes en la Costa Rica del siglo pasado, a lo que es hacerlo actualmente?

Sí, los niños ya manejan una serie de modos textuales que antes ignoraban, un niño en la actualidad por la información a la que tiene acceso es uno que puede manejar un monólogo interior, un texto escrito en tiempo presente o incluso interpretar una segunda persona o manejo de tiempos que no sea lineal.

¿Cuál es el secreto para los que buscan escribir literatura infantil?

El secreto es escribir para el niño o niña que habita en nosotros porque ese siempre va estar actualizado.

¿Cómo describiría al niño de Carlos Rubio? 

Es un niño que está atento a los cambios que ocurren en el mundo, que trata de a pesar de las situaciones adversas de no dejar de mirar el mundo sin jugar, y que ese juego tiene un habilidad de conducción y de elaboración, tiene una respuesta mágica que es la búsqueda constante de soluciones que me permitan soñar y tener una visión optimista del mundo.

Yo creo que la literatura para niño no tiene que falsear la realidad del mundo, no significa que ignore los problemas

¿Puede ser pesimista? 

Sí, pero yo sí creo que nosotros tenemos la posibilidad de darle esperanza al ser humano

Aparte de escribir con base con el niño que hay dentro, usted d hablaba de otras pautas ¿cuáles son?

Ser congruente consigo mismo y fundamentarse en la experiencia, eso es importante porque al fin de acabo cualquier creación literaria llámese para adultos o para niños termina siendo inevitablemente un retrato del artista que lo hace, no importa que sea del cuento de marcianos o de la edad media.

Esto implica que a partir de las perturbaciones, de las experiencias vividas podemos crear un mundo poético, que un niño de ocho años o de ochenta pueda leer sin distinción y ese es el mayor reto.

¿Los niños son un público más exigente que los adultos? ¿Por qué?

Porque el niño o la niña, si no le gusta lo que uno está haciendo te lo demuestra inmediatamente, cómo, levantándose y yéndose, “papi o mami llévame a otro lado”, es un público exigente, con el que se debe ser claro y ágil. 

¿Ha pensado en escribir temática para adultos?

Vieras que no, no por un asunto de mercado es que no me sale, yo lo intento, creo que como persona de ya 45 años que tengo que enfrentarme a todas las vicisitudes propias de una persona adulta, tengo que pagar cuentas, obligaciones, la repuesta literaria que yo doy es en la que se percibe ese niño, en el momento que yo sienta que ese niño se ha agotado empiezo a escribir para personas adultas.


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